Mi madre es una pieza
El ex marido de Doña Herminia tuvo una relación con una mujer más joven y desde entonces, ella es una mujer divorciada. Hiperactiva, no deja solos a sus hijos, Marcelina y Juliano, sin darse cuenta de que ya son grandes. Un día, después de descubrir que la consideran molesta, decide irse de su casa sin previo aviso, dejando a todos preocupados por lo que podría haber pasado. Decide tomar un descanso de ellos y se esconde en la casa de su amada tía Zélia para desahogar sus penas y recordar los buenos tiempos del pasado.