Alexander y un día terrible, horrible, malo... ¡muy malo!
El día de Alexander comienza con un chicle pegado en su pelo, seguido por más calamidades. Además, obtiene poca simpatía por parte de su familia y comienza a preguntarse qué pasaría si las cosas malas no solo le pasaran a él, sino también a su madre, padre, hermano y hermana, quienes mágicamente se encontrarán viviendo sus propios terribles, horribles y para nada buenos, muy malos días.