Las tapatías nunca pierden
Griselda Grijalba es una joven cuyo sueño es ser cantante. Durante su debut, todo sale terriblemente mal debido a que alguien muy cercano a ella le juega una mala pasada. Sin embargo, no todo está perdido, a Pueblo Viejo, donde vive, llega un forastero en busca del dueño de la finca que la dama heredó. Al ser informado que dicha propiedad ha cambiado de manos, pide entrevistarse con el nuevo propietario, sin imaginar que dicho encuentro le traerá muchos dolores de cabeza, pero también una gran cantidad de satisfacciones.