Las hermanas perfectas
El 18 de enero de 2003, la policía acudió a una llamada al 911 de dos adolescentes muy perturbadas, encontrando a su madre muerta en su casa del área residencial de Toronto. Aparentemente, la alcohólica de 44 años se había ahogado en la bañera en un frenesí de licor y pastillas. La muerte fue catalogada como accidental por las autoridades. Sin embargo, en los meses siguientes la policía fue alertada de rumores de que las adolescentes habían estado comentando a sus amigos acerca del accidente, y empezó a investigar versiones que sugerían que las niñas podrían haber tenido participación en la muerte de su madre. De hecho, en lugar de contemplar un accidente, la historia retrataba a las adolescentes como dos asesinas a sangre fría.