Rey Pico de Tordo
La princesa Isabella de Gerania rechaza arrogantemente a todos sus pretendientes y se burla de todos ellos, especialmente del príncipe Richard de Begonia, cuya mandíbula le había crecido en demasía al que nombró “rey pico de tordo”. Su padre, furioso y exasperado, juró que le daría su mano al primer mendigo que llegara a su puerta. A los días, un violinista cantó debajo de las ventanas, con su ropa sucia y desgarrada y, al pedir un regalo insignificante, el rey le dio a su hija como esposa.