Siempre en domingo
Cuando está a punto de salir al aire el programa dominical, el animador recibe el regalo menos esperado: un niño recién nacido al que acompaña una nota que no deja la menor duda acerca de su madre. Ésta, desesperada, se propone suicidarse. A partir de ese momento y durante toda esta historia, que normalmente se desarrolla con la presentación de artistas, la televisión trata de impedir el suicidio poniendo a la audiencia en movimiento.