Don Bosco
En el siglo XIX, en Turín, el sacerdote Juan Bosco, un hombre procedente de una familia campesina humilde, se dedicó especialmente a recoger de las calles a chicos marginados para cuidar de ellos. No sólo los sacó de la pobreza, de la ignorancia y del desamparo social, sino que consiguió que se sintieran amados por primera vez. Su fe fue clave para vencer los obstáculos que las autoridades civiles y eclesiásticas pusieron en su camino para impedirle culminar su objetivo: la fundación de la Congregación de los Salesianos, la cual garantizaría el futuro de sus niños.