El chocolate del loro
Emilio representa la figura del eterno opositor. Instalado en la treintena, parece que su vida nunca va a salir a flote: vive en un piso pequeño, lleno de padres, hermanos y de ruidos. Y Patricia, la mujer de sus sueños, sale con Javier, que se ríe de él siempre que tiene oportunidad. Ante este panorama, Emilio está empezando a perder los nervios, tiene sueños extraños y a veces estos se mezclan con la realidad cotidiana.