Yo, mi mujer y mi mujer muerta
Bernardo se niega a cumplir el deseo de su difunta esposa española, ya que lo considera un delirio: esparcir sus cenizas en la Costa del Sol, donde ella nació y solía ir todos los años a visitar a su hermana. Pero, después de que unos delincuentes profanen su tumba, decide tomar un avión y cumplir su deseo.