Rumbera, caliente
La joven Mariana se muda a la casa de su tío, quien es el alcalde de Santa Chuchita la Milagrosa. Tras fallecer la monja que la crió, quedan a su cuidado cuatro niños huérfanos, a los que decide llevar con un sacerdote, prometiendo costear todos sus gastos. Para conseguir el dinero, comenzará a estafar a viejos ricos del pueblo, haciéndoles creer que mantiene relaciones sexuales con ellos cuando, en realidad, sólo los narcotiza.