Angelitos del trapecio
Viruta y Capulina venden aguas milagrosas en su camioneta instalada frente a un circo cuyo dueño, el payaso Rigoleto, padre del niño Pulgarcito y de las trapecistas Tina y Lina, sufre por culpa de la gota. La enfermedad lo tiene en cama y con dolores fuertes en su pierna, por lo que no puede actuar, generando problemas a su empresa.